Se reunieron en el Colegio Don Orione todos los grupos de la Iglesia Católica que alcanzan ayuda a las personas (unas 250 a 300) que viven del basural.
La Iglesia Católica afianza su compromiso con una de las realidades más difíciles de la ciudad: la de las 250 a 300 personas que varios días a la semana buscan en el basural comida o cosas para luego venderlas, y así obtener recursos mínimos para subsistir.
En el marco de ese compromiso, recientemente, el sacerdote Pablo Etchepareborda, uno de los párrocos de la zona sur de la ciudad, convocó en el Colegio Don Orione a un inédito encuentro.
Estaban convocados todos los grupos parroquiales que con mayor o menor frecuencia realizan tareas solidarias en el predio de disposición final de residuos.
Respondieron al llamado representantes de las comunidades de Don Orione, Nueva Pompeya, Comunidades del Sur, San Francisco de Asís y Asunción.
Al hablar en la reunión, el padre Etchepareborda enfatizó en la misión evangelizadora de la Iglesia, y en alentar a “ser conscientes de que llevamos a esas personas la presencia de Jesucristo”.
Luego, sin perder de vista los vínculos religiosos o espirituales que se establecen, el sacerdote remarcó la doble finalidad de la ardua misión: dar respuestas a las urgencias y a la vez, con la mirada puesta en el mediano plazo, trabajar para rescatar a esas personas del asistencialismo.
“Es necesario resaltar la tarea de acompañamiento que hace la Iglesia -señaló-, y también hacer conocer el proyecto solidario del basural y lograr que sea visibilizado por todos una realidad que permanece escondida”.
La mayoría de las personas que recolectan en el basural provienen de barriadas vecinas como las de Monte Terrabusi, Parque Hermoso, barrios Las Heras (donde desarrolla su misión la Hermana Marte y Santa Rita (donde realiza su tarea pastoral el padre Chovi).
Aportes
En el encuentro de Don Orione, cada grupo parroquial dio un informe sobre su labor en el basural.
Nueva Pompeya indicó que preparan viandas con alumnos del secundario, concurriendo al predio cada lunes por medio, y alternando los miércoles con chicos del colegio Don Orione. En éste el desafío es asumido por toda la comunidad educativa, de manera que los cursos se van turnando para participar.
Los representantes de la Parroquia de la Asunción hicieron saber que concurren al basural todos los domingos a la mañana. Integrantes de esta comunidad se reparten entre llevar el desayuno a personas en situación de calle en distintos puntos de la ciudad y en ir al basural para llevar chocolatada, facturas, tortas, pañales y leche en polvo.
La comunidad de Padre Pío se hace presente en el predio los jueves a las 14 horas, llevando comidas y bebidas, además de ropa y leche en polvo.
La presencia de misioneros de la parroquia San Francisco en el basural está cumpliendo una década. Actualmente concurren fieles de esta parroquia de Parque Luro todos los viernes a la tarde. En invierno llevan chocolatada y en verano refrescos, además de comida, ropa, zapatillas y frazadas. Es tradicional a esta altura que se realicen en el mismo lugar los celebraciones de Semana Santa y Navidad, luego de las cuáles se comparte un asado. En fechas especiales, como el Día del Amigo o el Día del Niño, se entregan bolsones con mercadería.
El informe de San Francisco dio cuenta además de las gestiones con las que se logró que personal de Salud de la Municipalidad realice etapas de vacunación antigripal y antitetánica.
El agua, problema primordial
Una acción similar determinó que Obras Sanitarias mejorara el suministro de agua en el lugar, si bien este sigue siendo un problema primordial. El reservorio para el agua suele estar vacío por demasiado tiempo, a veces durante semanas.
Las exposiciones de los representantes parroquiales, en su mayor parte, se refirieron a las situaciones que se enfrentan a diario. No obstante, existe voluntad entre quienes animan este servicio de la Iglesia de continuar trabajando para alcanzar esa meta señalada por el padre Etchepareborda: la de salir del asistencialismo y conseguir para esas personas la posibilidad de trabajos dignos, aún allí mismo, en el basural. Para esto son permanentes los contactos con las autoridades municipales y también con las de los otros niveles de Estado.
Aspiran a que voluntariado y las acciones de gobierno coincidan en favor de esas familias sumidas en la miseria.